Cuando llegó el Coronavirus

Era febrero de 2020, el invierno iba llegando a su fin, la cuesta de enero casi estaba superada y la primavera ya se iba manifestando con flores y ese verde tan agradable a la vista. Escuchando las noticias se hablaba de algo que estaba pasando en China, concretamente en la región de Wuhan, un virus que según comentaban era parecido a una gripe y ya se estaban tomando medidas. Algunos lo veían gracioso, otros empezaban a preocuparse y mientras tanto se conocían nuevos casos de personas contagiadas en el norte de Italia.

En marzo la cosa ya cambia, aumentan considerablemente el número de infectados y fallecidos y empiezan a aparecer algunos casos en españa, sobre todo de viajeros procedentes de China, el gobierno aún no reacciona y la incertidumbre inunda las casas y poblaciones de toda la península. Cierran los comercios chinos, debe ser que es algo más gordo de lo que se pensaba y va para largo según cuentan. Como si fuera el fin de la humanidad la sociedad empieza a comprar en masa y por alguna razón desaparecen las existencias de papel higiénico en las estanterías de los supermercados.

Llega el estado de alarma y la cuarentena, todo el mundo a permanecer dos semanas encerrados en casa sin poder salir a no ser que sea a comprar o pasear al perro, se cierran muchos negocios, bares, empresas, exceptuando los servicios de primera necesidad relacionados con alimentación y salud que no cierran, bueno y algunos más… Y a partir de aquí comienza la gran maratón de los sanitarios, bomberos, fuerzas de seguridad del estado, camioneros y repartidores, servicio de limpieza, panaderos, empleados de supermercados y tiendas de barrio, voluntarios, etc… incluso la UME sale a las calles. Se empieza a multar a los que no cumplen las normas impuestas, las redes sociales se llenan de memes y a la vez emergen muestras de cariño y gerenosidad entre las personas, la naturaleza se recupera y el planeta se toma un respiro en cuanto a contaminación se refiere. Los animales salvajes se convierten en transeuntes de las calles y cada día a las ocho de la tarde todo el mundo sale a las ventanas, balcones y terrazas de sus casas a aplaudir en apoyo a los sanitarios que están esforzandose al máximo y echando muchas horas pese a no contar con medidas de protección ni materiales suficientes para realizar su trabajo. Una vez más sale a relucir la solidaridad de la sociedad y empiezan a crearse de forma casera y con lo que hay por casa mascarillas, batas, manguitos y pantallas de protección. Incluso por falta de respiradores se recurre a máscaras de snorkel de algunas marcas conocidas para usarse en hospitales, las cuales necesitan un adaptador que se puede crear con impresoras 3D, también se consigue que empresas y algunas personas anónimas produzcan esas piezas tan importantes en las UCIS.

Novedades por parte del gobierno, se amplía la cuarentena 15 días y se reducen los tipos de negocios y empresas que pueden trabajar en este tiempo. El material sanitario encargado a China no termina de llegar y los hospitales estan desbordados, las urgencias saturadas y se usan hoteles y polideportivos como hospitales de campaña. La parte negativa llega con el gran incremento de infectados y fallecidos por día pese a que nos dicen que la curva se va aplanando, pero faltan datos e información, se cree que esas cifras son erroneas, hay muchos casos más.

Hoy llegan noticias tristes, varias personas conocidas en el pueblo han fallecido a causa del coronavirus, algunas mayores y otras no tanto. Creo que el virus cada vez está más cerca y aun así hay personas irresponsables que no hacen caso de lo que se les dice y andan por la calle sin más o abusan de las excepciones, nunca había visto perros que hicieran sus necesidades tantas veces al día.

Desde el punto de vista de un fotógrafo encerrado en casa: estamos viviendo un momento que se recordará en la historia, quizás no haya mucho material gráfico y documental pero todo esto esta sacando lo mejor de las personas y las pocas fotos y videos que llegan son de personas ayudando a otras, de padres pasando días y días con sus hijos como nunca antes lo habían hecho, de borbotones de creatividad y originalidad para intentar hacer la espera más amena en casa, las videollamadas se han covertido en el medio de comunicación más usado por encima de las llamadas de voz tradicionales, incluso se ofrece formación gratuita. Hay que buscar lo positivo de todo esto porque esta llamada de atención nos hace ser conscientes de tantas cosas que en otras circunstancias no valoraríamos y aún no es tarde para cambiar. No recuerdo la última foto que hice pero si que me imagino las que vendrán, porque todo esto pasará y volveremos a la normalidad, quizás apreciando más a nuestros seres queridos y valorando mejor la libertad para movernos. Ojalá pase pronto todo esto, no me gustaría encontrarme ante la situación de perder a un ser querido y no poder despedirme. Después vendrá una crisis económica y pasaremos tiempos difíciles los que nos dedicamos a esto pero si es con salud seguro que la superamos y espero que por el visor de la cámara solo se vean sonrisas y felicidad, eso será la señal de que el Covid-19 ya es pasado.

Leave a reply

Your email address will not be published.